Creo recordar que la foto fue tomada alrededor del año 2007, una época en la que los inviernos eran realmente inviernos y las nieves rara vez llegaban muy pasado el mes de Diciembre. Hoy tristemente resultan casi anecdotico los días fríos. Todo se quedan tan solo en algunas semanas, quizás días en los que parece que va a terminar el mundo. Alguna que otra nevada ocasional en el monte que pierde fuerza y se va derritiendo en tres días, y poco mas.
Cuando yo era niño subía con bastante frecuencia a las montañas durante los meses invernales con mis amigos, incluso alguna que otra vez aprovechando las últimas nevadas que llegaban hasta Abril. Algo que no era tan descabellado a finales de los años 90. La nieve tiene algo.., no se.. una tranquilidad aparente, algo, que relaja a todo el que la ve dándole una felicidad irracional y difícil de explicar. Quizás es en parte porque sentimos que la tierra esta viva, cambia, gira, hay estaciones del año definibles, y el ver esos cambios en la naturaleza, nos alegra, precisamente porque la sentimos viva, y nosotros con ella.
La foto que adjunto me trae igualmente gratos recuerdos de días nublosos y cielos cubiertos de nubes grises en los montes. Sin nadie, con una calma casi total. Pero especialmente me trae recuerdos de mi padre, quien vivía aun en aquellos años. Recuerdo como me despedía de el para irme al monte a pasar el día, y como le contaba la jornada al regresar de noche buscando el calor de su casa en el pueblo al calor de las estufas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario